viernes, 9 de noviembre de 2007

Un ángel del Señor llamada
“LIOBANÍ”

Octava parte

Puede ser muy triste, visto desde vuestro punto de vista, encontrarse detrás del muro de niebla y ver como llega más de un alma; triste, todavía enraizada en la Tierra, ella sigue detrás del muro y siente como los familiares piensan en ella, el alma siente los deseos que tenía todavía como hombre y el empuje a la materia (deseos de volver a la Tierra), éste se hace cada vez más fuerte. Los seres protectores se esfuerzan, pero dónde no hay un deseo de corazón, tampoco puede entrar algún impulso legítimo, y así muchos regresan a la materia y a menudo se quedan durante un largo tiempo terrenal como un alma atada a la Tierra.

No obstante, hay esperanza, es CRISTO y la esperanza se convierte en certeza en aquél que realiza más y más la ley del amor y la seguridad de vivir en CRISTO se convierte en alegría interna y en unidad con todos los hombres y seres, ¡sí! Con toda existencia, sólo entonces sentís lo que significa estar unidos en la corriente de la vida y vivir en este caudal, en el aliento del Dios Padre-Madre, El que es la ley ¡Sí! La plenitud en la que vivimos y en la que somos nosotros mismos.

Volved a casa, caminad hacia el interior de vuestro cuerpo espiritual, allí está la ley eterna del amor, el Reino de Dios. Caminad hacia dentro y sentís que no sois de este mundo, que estáis aquí para purificar en la existencia terrenal lo que todavía se adhiere a vosotros, y realmente es fácil desprenderse de ello. Si hay buena voluntad, entonces la Obra del Señor ya está consumada en el alma, pensad en ello, la buena voluntad ya hace que se lleve acabo, y lo contrario se transforma en energía positiva.
Continúa...

No hay comentarios: